miércoles, 8 de octubre de 2008

el cuervo


* EL CueRVo...
Cierta noche aciaga cuando, con la mente cansada,Meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestralY asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido,Como si alguien muy suavemente llamara a mi portal."Es un visitante -me dije-, que está llamando al portal.Sólo eso y nada más."
¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado Diciembre!Cada chispa resplandeciente dejaba un rastro espectral.Yo esperaba ansioso el alba, pues no había hallado calmaEn mis libros, ni consuelo a la pérdida abismalDe aquella a quien los ángeles Leonor podrán llamarY aquí ya nadie nombrará.
Cada crujido de las cortinas purpúreas y cetrinasMe embargaba de dañinas dudas y mi sobresalto era talQue, para calmar mi angustia repetí con voz mustia:"No es sino un visitante que ha llegado a mi portal;Un tardío visitante esperando en mi portal.Sólo eso y nada más".
Mas de pronto me animé y sin vacilación hablé:"Caballero -dije-, o señora, me tendréis que disculparPues estaba adormecido cuando oí vuestro rasguidoY tan suave había sido vuestro golpe en mi portalQue dudé de haberlo oído", ¡y abrí de golpe el portal!...Sólo sombras, nada más.
La noche miré de lleno, de temor y dudas pleno,Y soñé sueños que nadie osó soñar jamás;Pero en este silencio atroz, superior a toda voz,Sólo se oyó la palabra "Leonor", que yo me atreví a Susurrar...Sí, susurré la palabra "Leonor" y un eco volvióla a nombrar.Sólo eso y nada más.
Aunque mi alma ardía por dentro regresé a mis aposentosPero pronto aquel rasguido se escuchó más pertinaz."Esta vez quien sea que llama ha llamado a mi ventana;Veré pues de qué se trata, qué misterio habrá detrás.Si mi corazón se aplaca lo podré desentrañar.¡Es el viento y nada más!".
Mas cuando abrí la persiana se coló por la ventana,Agitando el plumaje, un cuervo muy solemne y ancestral.Sin cumplido o miramiento, sin detenerse un momento,Con aire envarado y grave fue a posarse en mi portal,En un pálido busto de Palas que hay encima del umbral.Fue, posóse y nada más.
Esta negra y torva ave tocó, con su aire grave,En sonriente extrañeza mi gris solemnidad."Ese penacho rapado -le dije-, no te impide serOsado, viejo cuervo desterrado de la negrura abisal;¿Cuál es tu tétrico nombre en el abismo infernal?"Dijo el cuervo: "Nunca más".
Que un ave zarrapastrosa tuviera esa voz virtuosaSorprendióme aunque el sentido fuera tan poco cabal,Pues acordaréis conmigo que pocos habrán tenidoOcasión de ver posado tal pájaro en su portal.Ni ave ni bestia alguna en la estatua del portalQue se llamara "Nunca más".
Mas el cuervo, altivo, adusto, no pronunció desde el busto,Como si en ello le fuera el alma, ni una sílaba más.No movió una sola pluma ni dijo palabra algunaHasta que al fin musité: "Vi a otros amigos volar;Por la mañana él también, cual mis anhelos, volará".Y dijo entonces :"Nunca más".
Esta certera respuesta dejó mi alma traspuesta;"Sin duda - dije-, repite lo que ha podido acopiarDel repertorio olvidado de algún amo desgraciadoQue en su caída redujo sus canciones a un refrán:"Nunca, nunca más".
Como el cuervo aún convertía en sonrisa mi porfíaPlanté una silla mullida frente al ave y el portal,Y hundido en el terciopelo me afané con receloEn descubrir qué quería la funesta ave ancestralAl repetir: "Nunca más".
Esto, sentado, pensaba, aunque sin decir palabraAl ave que ahora quemaba mi pecho con su mirar;Eso y más cosas pensaba, con la cabeza apoyadaSobre el cojín purpúreo que el candil hacía brillar.¡Sobre aquel cojín purpúreo que ella gustaba de usar,Y ya no usará nunca más!.
Luego el aire se hizo denso, como si ardiera un inciensoMecido por serafines de leve andar musical."¡Miserable! -me dije-. ¡Tu Diós estos ángeles dirigeHacia ti con el filtro que a Leonor te hará olvidar!¡Bebe, bebe el dulce filtro, y a Leonor olvidarás!".Dijo el cuervo: "Nunca más".
"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!¿Del Tentador enviado o acaso una tempestadTrajo tu torvo plumaje hasta este yermo paraje,A esta morada espectral? ¡Mas te imploro, dime ya,Dime, te imploro, si existe algun bálsamo en Galaad!"Dijo el cuervo: "Nunca más".
"¡Profeta! -grité-, ser malvado, profeta eres, diablo alado!Por el Diós que veneramos, por el manto celestial,Dile a este desventurado si en el Edén lejanoA Leonor , ahora entre ángeles, un día podré abrazar".Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".
"¡Diablo alado, no hables más!", dije, dando un paso atrás;¡Que la tromba te devuelva a la negrura abisal!¡Ni rastro de tu plumaje en recuerdo de tu ultrajeQuiero en mi portal! ¡Deja en paz mi soledad!¡Quita el pico de mi pecho y tu sombra del portal!"Dijo el cuervo: "Nunca más".
Y el impávido cuervo osado aún sigue, sigue posado,En el pálido busto de Palas que hay encima del portal,Y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,Cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;Y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,No se alzará...¡nunca más!.

1 comentario:

tashano dijo...

Hola Raziel, me alegra mucho que te guste mi Blog, tu entrada del Cuervo y la imagen es precisa,me pasare muy amenudo por tu Blog, desde "ya" te agrego a mi blogroll, para así no perderte la pista .
Nos vemos en la oscuridad.
Tashano